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Juan 14, 23ss
VIVIR CON ALGUIEN

Jesucristo dice hoy sin la menor vacilación: Al que me ama, mi Padre lo amará y vendremos a él y en él haremos morada...

Puede que el mejor libro de Santa Teresa sea el de Las Moradas del Castillo Interior, donde la carmelita relata a su manera las dificultades y afanes que ha de recorrer el alma para llegar a la mejor compañía, la de Jesucristo, que aguarda en la alcoba principal la luz cansada en los ojos de los que le buscan.

Visto lo que veo cada día en la experiencia de todos, para alcanzar la buena compañía son indispensables:

-Inteligencia. Porque el corazón suele irse con las candelas que más alumbran, pero que son también las que más pronto se apagan. Cabeza para sopesar la luz que dura frente a las bengalas de Valencia.

-Esfuerzo. Porque todo aquello que regaladamente se alcanza, se deprecia en la propia consideración y se malgasta en un verano. Tras el sudor, se agradece mucho más el manantial de la frescura.

Aun así, Vivir con alguien, es altamente complicado, como detener el agua de un río en la sombra del puente. Busquemos, sin embargo, sabiduría en Aquel que vive en lo más hondo de nosotros mismos, en la habitación principal de ese castillo que es el alma, tan necesitada de centinelas en las oscuras noches, con la luna escondida.