Orando con el Evangelio

EVANGELIO: Lc 12,49-53

49 He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo! 50 Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla! 51 ¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? No, sino división. 52 Desde ahora estarán divididos cinco en una casa: tres contra dos y dos contra tres; 53 estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra».

EVANGELIO: Lc 12,32-48

32 No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino. 33 Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos bolsas que no se estropeen, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. 34 Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. 35 Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. 36 Vosotros estad como los hombres que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. 37 Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y, acercándose, les irá sirviendo. 38 Y, si llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así, bienaventurados ellos. 39 Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa. 40 Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre». 41 Pedro le dijo: «Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?». 42 Y el Señor dijo: «¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas? 43 Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. 44 En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón 47 El criado que, conociendo la voluntad de su señor, no se prepara ni obra de acuerdo con su voluntad, recibirá muchos azotes; 48 pero el que, sin conocerla, ha hecho algo digno de azotes, recibirá menos. Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá.

EVANGELIO: Lc 12,13-21

13 Entonces le dijo uno de la gente: «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia». 14 Él le dijo: «Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?». 15 Y les dijo: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes». 16 Y les propuso una parábola: «Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. 17 Y empezó a echar cálculos, diciéndose: “¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”. 18 Y se dijo: “Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. 19 Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”. 20 Pero Dios le dijo: “Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”. 21 Así es el que atesora para sí y no es rico ante Dios».

EVANGELIO: Lc 11,1-13

1 Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos». 2 Él les dijo: «Cuando oréis, decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, 3 danos cada día nuestro pan cotidiano, 4 perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación”». 5 Y les dijo: «Suponed que alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche y le dice: “Amigo, préstame tres panes, 6 pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle”; 7 y, desde dentro, aquel le responde: “No me molestes; la puerta ya está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos”; 8 os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por su importunidad se levantará y le dará cuanto necesite. 9 Pues yo os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; 10porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre. 11 ¿Qué padre entre vosotros, si su hijo le pide un pez, le dará una serpiente en lugar del pez? 12 ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? 13 Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?».

EVANGELIO: Lc 10, 38-42

38 Yendo ellos de camino, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. 39 Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra. 40 Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios; hasta que, acercándose, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano». 41 Respondiendo, le dijo el Señor: «Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; 42 solo una es necesaria. María, pues, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada».