Orando con el Evangelio

EVANGELIO: Mt 4,12-23

Al saber que Juan había sido arrestado, Jesús se retiró a Galilea, salió de Nazaret y se estableció en Cafarnaúm, junto al lago, en territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo anunciado por el profeta Isaías: Territorio de Zabulón y territorio de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los paganos. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz intensa, a los que habitaban en sombras de muerte les amaneció la luz. Desde entonces comenzó Jesús a proclamar:
–¡Arrepiéntanse que está cerca el reino de los cielos!
Mientras caminaba junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos –Simón, llamado Pedro, y Andrés, su hermano– que estaban echando una red al lago, pues eran pescadores. Les dice:
–Vengan conmigo y los haré pescadores de hombres.
De inmediato dejaron las redes y le siguieron. Un trecho más adelante vio a otros dos hermanos –Santiago de Zebedeo y Juan, su hermano–en la barca con su padre Zebedeo, arreglando las redes. Los llamó, y ellos inmediatamente, dejando la barca y a su padre, le siguieron. Jesús recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del reino y sanando entre el pueblo toda clase de enfermedades y dolencias.

EVANGELIO: Jn 1,29-34

Al día siguiente, Juan vio acercarse a Jesús y dijo:
–Ahí está el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. De él yo dije: Detrás de mí viene un hombre que es más importante que yo, porque existía antes que yo. Yo no lo conocía, pero vine a bautizar con agua para que él fuera manifestado a Israel.
Juan dio este testimonio:
–Contemplé al Espíritu, que bajaba del cielo como una paloma y se posaba sobre él. Yo no lo conocía; pero el que me envió a bautizar me había dicho: Aquél sobre el que veas bajar y posarse el Espíritu es el que ha de bautizar con Espíritu Santo. Yo lo he visto y atestiguo que él es el Hijo de Dios.

EVANGELIO: Mt 3,13-17

Entonces fue Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara.
Juan se resistía diciendo: –Soy yo quien necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?
Jesús le respondió: –Ahora haz lo que te digo pues de este modo conviene que realicemos la justicia plena.
Ante esto Juan aceptó. Después de ser bautizado, Jesús salió del agua y en ese momento se abrió el cielo y vio al Espíritu de Dios que bajaba como una paloma y se posaba sobre él; se oyó una voz del cielo que decía: –Éste es mi Hijo querido, mi predilecto.

Mt 2, 13-15.19-23

13 Cuando se fueron, un ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: –Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y quédate allí hasta que te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo. 14 Se levantó, todavía de noche, tomó al niño y a su madre y partió hacia Egipto, 15 donde residió hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que anunció el Señor por el profeta: De Egipto llamé a mi hijo.  […]  19 A la muerte de Herodes, el ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto 20 y le dijo: –Levántate, toma al niño y a su madre y regresa a Israel, pues han muerto los que atentaban contra la vida del niño. 21 Se levantó, tomó al niño y a su madre y se volvió a Israel. 22 Pero, al enterarse que Arquelao había sucedido a su padre Herodes como rey de Judea, tuvo miedo de ir allí. Y avisado en sueños, se retiró a la provincia de Galilea 23 y se estableció en una población llamada Nazaret, para que se cumpliera lo anunciado por los profetas: Será llamado Nazareno.

EVANGELIO: Mt 1,18-24

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería repudiarla, decidió romper su unión con ella en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: —«José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.» Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el profeta: Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel que significa “Dios-con-nosotros”.» Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.