Camino de Perfección

Este capítulo se puede leer en clave de relación: ¿cómo es mi relación con el Señor? ¿Quién es Él? ¿Quién soy yo? ¿Qué me mueve en mi relación con Él?

Ya en el mismo TÍTULO que ella pone, destacaríamos: ”La gran necesidad que tenemos de suplicar al Padre Eterno nos conceda lo que pedimos en esta petición”.

ELOGIO DEL PADRE NUESTRO

A Teresa, mientras ha ido glosando la oración del Señor, se le ha ido llenando el alma de un enjambre de sentimientos. Son sentimientos de admiración y aprecio profundo, expresados en su acostumbrado léxico de asombro: "Espántame ver... en tan pocas palabras... toda la contemplación y perfección" (nº 1)

En este capítulo podemos destacar la capacidad y facilidad de perdonar como uno de los efectos de la oración. Teresa ha hecho propia la petición del perdón. Pero al alegar ante el Padre que ella perdona para ser perdonada por Él, cae en la cuenta de la insignificancia de su alegato. Y se sonroja.

En el mismo contexto de la oración de recogimiento, la Santa nos invita a entrarnos a solas con Dios. Siendo éste un capítulo de continuación de la Eucaristía dice que es tan importante estar, vivir en su Presencia, hasta tal punto que hace de ella un sacramento: “Y cuando no comulgareis, hijas, y oyéreis misa, podéis comulgar espiritualmente”. Le da el valor real de su Presencia en nosotros: “y haced lo mismo de recogeros después en vos, que es mucho lo que se imprime el amor así de este Señor” (nº 1)