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Teresa sigue hablando a sus hermanas y a todas las personas que quieren seguir a Jesús del estilo de vida evangélico. No olvidemos que está trazando las bases sobre las que se asienta el verdadero orante. En el capítulo 4 nos las definía como “algunas cosas que son necesarias tener las que pretender llevar camino de oración… la una es amor de unas con otras; otra, desasimiento de todo lo criado; la otra, verdadera humildad” (nº 3 y 4)

En este capítulo nos viene hablando de la humildad, que sólo puede alcanzarse negándose a sí mismo. Se trata de “huir mil leguas de ‘razón tuve’, ‘hiciéronme sinrazón’, ‘no tuvo razón quien esto hizo conmigo’…” (nº 1) Cosas que pueden parecer legítimas como defensa personal, buscando la verdad, luchando para que triunfe la justicia. Pero estamos en otro plano. Es una llamada a liberarnos de un estilo de vida egocéntrico y seguir el evangélico. Es una invitación a descentrarnos de nosotros mismos y centrarnos en Él.

La verdadera razón es la verdad de la cruz, el amor a la voluntad del Padre y a los hermanos. “De malas razones nos libre Dios. ¿Parece que había razón para que nuestro Buen Jesús sufriese tantas injurias y se las hiciesen y tantas sinrazones?” (nº 1) Si somos seguidores de un crucificado, corremos su misma suerte: “de honra y deshonra participan entrambos” (nº 2)

Teresa marca un estilo de vivir en pobreza, amor y libertad. Estilo de ermitañas que “se desasen de todo lo criado” (nº 6) porque están asidas al Todo. Entonces sí que: “esta casa es un cielo, si le puede haber la tierra. Para quien se contenta sólo de contentar a Dios y no hace caso de contento suyo” (nº 7)

CAPÍTULO 13

Prosigue en la mortificación, y cómo ha de huir de los puntos y razones del mundo para llegarse a la verdadera razón.

1. Muchas veces os lo digo, hermanas, y ahora lo quiero dejar escrito aquí, porque no se os olvide, que en esta casa, y aun toda persona que quisiere ser perfecta, huya mil leguas de «razón tuve», «hiciéronme sinrazón», «no tuvo razón quien esto hizo conmigo»... De malas razones nos libre Dios. ¿Parece que había razón para que nuestro buen Jesús sufriese tantas injurias y se las hiciesen y tantas sinrazones? La que no quisiere llevar cruz sino la que le dieren muy puesta en razón, no sé yo para qué está en el monasterio; tórnese al mundo, adonde aun no le guardarán esas razones. ¿Por ventura podéis pasar tanto que no debáis más? ¿Qué razón es ésta? Por cierto, yo no la entiendo.

2. Cuando nos hicieren alguna honra o regalo o buen tratamiento, saquemos esas razones, que cierto es contra razón nos le hagan en esta vida. Mas cuando agravios -que así los nombran sin
hacernos agravio-, yo no sé qué hay que hablar. O somos esposas de tan gran rey, o no. Si lo somos, ¿qué mujer honrada hay que no participe de las deshonras que a su esposo hacen? Aunque no lo quiera por su voluntad, en fin, de honra o deshonra participan entrambos. Pues tener parte en su reino y gozarle, y de las deshonras y trabajos querer quedar sin ninguna parte, es disparate.

3. No nos lo deje Dios querer, sino que la que le pareciere es tenida entre todas en menos, se tenga por más bienaventurada; y así lo es, si lo lleva como lo ha de llevar, que no le faltará honra en esta vida ni en la otra. Créanme esto a mí. Mas qué disparate he dicho, que me crean a mí, diciéndolo la verdadera Sabiduría. Parezcámonos, hijas mías, en algo a la gran humildad de la Virgen Sacratísima, cuyo hábito traemos, que es confusión nombrarnos monjas suyas; que por mucho que nos parezca nos humillamos, quedamos bien cortas para ser hijas de tal Madre y esposas de tal Esposo. Así que si las cosas dichas no se atajan con diligencia, lo que hoy no parece nada mañana por ventura será pecado venial; y es de tan mala digestión, que si os dejáis no quedará solo. Es cosa muy mala para congregaciones.

4. En esto habíamos de mirar mucho las que estamos en ella, por no dañar a las que trabajan por hacernos bien y darnos buen ejemplo. Y si entendiésemos cuán gran daño se hace en que se comience una mala costumbre, más querríamos morir que ser causa de ello; porque es muerte corporal, y pérdidas en las almas es gran pérdida y que no parece se acaba de perder; porque muertas unas vienen otras, y a todas por ventura les cabe más parte de una mala costumbre que pusimos, que de muchas virtudes; porque el demonio no la deja caer, y las virtudes la misma
flaqueza natural las hace perder.

5. ¡Oh, qué grandísima caridad haría y qué gran servicio a Dios la monja que en sí viese que no puede llevar las costumbres que hay en esta casa, conocerlo e irse! Y mire que le cumple, si no quiere tener un infierno acá y plega a Dios no sea otro allá, porque hay muchas causas para temer esto, y por ventura ella ni las demás no lo entenderán como yo.

6. Créanme en esto, y si no, el tiempo les doy por testigo. Porque el estilo que pretendemos llevar es no sólo de ser monjas, sino ermitañas, y así se desasen de todo lo criado, y a quien el Señor ha escogido para aquí, particularmente veo la hace esta merced. Aunque ahora no sea en toda perfección, vese que va ya a ella por el gran contento que le da y alegría ver que no ha de tornar a tratar con cosa de la vida, y el sabor todas las de la Religión. Torno a decir que si inclina a cosas del mundo, que se vaya si no se ve ir aprovechando; e irse, si todavía quiere ser monja, a otro monasterio, y si no, verá cómo le sucede. No se queje de mí, que comencé éste, porque no la aviso.

7. Esta casa es un cielo, si le puede haber en la tierra, para quien se contenta sólo de contentar a Dios y no hace caso de contento suyo; tiénese muy buena vida; en queriendo algo más, se perderá todo, porque no lo puede tener; y alma descontenta es como quien tiene gran hastío, que por bueno que sea el manjar, la da en rostro, y de lo que los sanos toman gran gusto comer, le hace asco en el estómago. En otra parte se salvará mejor, y podrá ser que poco o poco llegue a la perfección que aquí no pudo sufrir por tomarse por junto. Que aunque en lo interior se aguarde tiempo para del todo desasirse y mortificarse, en lo exterior ha de ser luego. Y a quien con ver que todas lo hacen y con andar en tan buena compañía siempre, no le aprovecha en un año, temo que no aprovechará en muchos, más, sino menos. No digo sea tan cumplidamente como en las otras, mas que se entienda va cobrando salud, que luego se ve cuándo el mal es mortal.