DISCERNIMIENTO VOCACIONAL

En este capítulo la Santa trata el tema del discernimiento vocacional. ¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de la entrada y votación para vivir la vocación en el Carmelo?

La actitud que ella más desea en las nuevas aspirantes es que tengan buen entendimiento. “Entendimiento para mucho bien”, es decir capacidad para asirse al bien, para obrar siempre a favor de las demás, para servir, con capacidad para poder olvidarse de sí y darse; esto se logra con el tiempo si hay buen entendimiento y deseos grandes de querer agradar a Dios. Y “Tratar con Dios”.

Cuando el entendimiento falta yo no sé para qué puede aprovechar una persona así en comunidad… es mal incurable”.

Y que también se pueda garantizar la formación en Biblia, liturgia. Oración, doctrina espiritual, nuestros Santos Padres, como garantía para poder caminar en la andadura contemplativa.

Dice la Santa: “mucho se ha de mirar qué intención tiene la que entra, no sea solo por remediarse”. Sí, igualmente ahora corren “tiempos desventurados”. La Santa lo dice porque en su época entraban muchachas para remediarse: no había santo con quien casarlas. Ahora en nuestro tiempo, la escasez de vocaciones puede inducirnos a un discernimiento pobre buscando una solución aparente que pueble nuestros espacios conventuales. Cuidado con dejarla en casa y que “te robe el tesoro”.

La vida como consagrada ante todo es una gracia, pero que exige y pide correspondencia, respuestas en el día a día. Vivir en tensión hacia una meta que es Jesús mismo como paradigma del seguimiento. “Es menester gran información y larga probación”.

CAPÍTULO 14

En que trata lo mucho que importa no dar profesión a ninguna que vaya contrario su espíritu de las cosas que quedan dichas.

1. Bien creo que favorece el Señor mucho a quien bien se determina, y por eso se ha de mirar qué intento tiene la que entra, no sea sólo por remediarse (como) acaecerá a muchas), puesto que el Señor puede perfeccionar este intento, si es persona de buen entendimiento, que si no, en ninguna manera se tome; porque ni ella se entenderá cómo entra, ni después a las que la quisieren poner en lo mejor. Porque, por la mayor parte, quien esta falta tiene, siempre les parece atinan más lo que les conviene que los más sabios; y es mal que le tengo por incurable, porque por maravilla deja de traer consigo malicia. Adonde hay muchas, podráse tolerar, y entre tan pocas no se podrá sufrir.

2. Un buen entendimiento, si se comienza a aficionar al bien, ásese a él con fortaleza, porque ve es lo más acertado; y cuando no aproveche para mucho espíritu, aprovechará para buen consejo y para hartas cosas, sin cansar a nadie. Cuando éste falta, yo no sé para qué puede aprovechar en comunidad, y podría dañar harto.
Esta falta no se ve muy en breve, porque muchas hablan bien y entienden mal, y otras hablan corto y no muy cortado, y tienen entendimiento para mucho bien. Que hay unas simplicidades santas que saben poco para negocios y estilo de mundo, y mucho para tratar con Dios. Por eso es menester gran información para tomarlas y larga probación para hacerlas profesas. Entienda una vez el mundo que tenéis libertad para echarlas, que en monasterio donde hay asperezas, muchas ocasiones hay, y como se use, no lo tendrán por agravio.

3. Digo esto, porque son tan desventurados estos tiempos y tanta nuestra flaqueza, que no basta tenerlo por mandamiento de nuestros pasados, para que dejemos de mirar lo que han tomado por honra los presentes para no agraviar los deudos. Plega a Dios no lo paguemos en la otra vida las que las admitimos, que nunca falta un color con que nos hacemos entender se sufre hacerlo.

4. Y éste es un negocio que cada una por sí le había de mirar y encomendar a Dios y animar a la prelada, pues es cosa que tanto importa. Y así suplico a Dios en ello os dé luz, que harto bien tenéis en no recibir dotes, que adonde se toman podría acaecer que por no tornar a dar el dinero -que ya no lo tienen- dejen el ladrón en casa que les robe el tesoro, que no es pequeña lástima. Vosotras, para en este caso, no la tengáis de nadie, porque será dañar a quien pretendéis hacer provecho.