Difícil será poder poner por escrito lo que para mí significa la Navidad. Quizás podría confeccionar un pequeño rosario de adjetivos que, delicadamente engarzados intentarían desvelar una leve imagen de lo que estos días significan en mi vida. Quizás daría por resultado algo tan sorprendente que constituye el alimento que me sostiene el resto del año. Asombro, Alegría, Agradecimiento, Desconcierto, Misterio, Amor, Nacimiento…

No sabría por cual decidirme, pero como tengo que hacerlo por alguno, lo hago por éste último. “Nacimiento”, esto es el hecho real que el mismo Dios eligió para realizar la obra cumbre de cuantas se había empeñado en regalarnos “Llegada la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo nacido de una Mujer, nacido bajo la ley” (Gal. 4,4)

Esta frase, aparentemente sencilla contiene todo el MISTERIO DE AMOR jamás imaginado ¿Cómo podría caber en nuestra mente humana que todo un Dios asumiera nuestra propia naturaleza sin dejar ni por un momento de participar de la Naturaleza Divina? … Y se queda resonando en mis oídos y en mi corazón la palabra NACIMIENTO. Y recorro, como puedo, todos los significados que me trae a la mente.

Me detengo ante la ternura de un nuevo corazón que, de repente se independiza del cordón que le unía al cálido seno de su madre y comienza la aventura de empezar a latir por su cuenta. Luego salto hacia el recóndito huequecito horadado sin saber cómo en la dura roca, que mana entre la espesura ese charquito de transparente agua, templadita en las gélidas mañanas del invierno y reconfortante y fresca en una tarde del verano. Más tarde se dibuja en mi mente ese entrañable rincón de las casas que en estos días, entre luces parpadeantes, arrullan al Niño que duerme en el pesebre ante las miradas absortas de sus padres, para luego evocar la pequeña semilla que, enterrada en la tierra, soporta el dolor de la muerte para experimentar la alegría de la vida transformada. Y pienso en la primavera; cómo la vida nace rompiendo las cenicientas ramas desnudas y llego a la conclusión de que NACER ES BELLO PORQUE DIOS QUISO NACER POR AMOR A TODOS LOS HOMBRES.