Una maceta a reventar de clavellinas floridas, con ese color fucsia que se debate entre el rojo y el rosa. Para permanecer tan bella durante todos los días del año, sólo necesita sol y riego diario.

Hay en la vida elementos imprescindibles que hacen posible lo que nos parece que nunca se va a realizar y, a veces estos, elementos están tan devaluado y desprestigiados que los hemos borrado de nuestro disco duro sólo porque necesitan tesón y fidelidad.

Pero la fidelidad de Dios, es impresionante y Él, sorprendentemente, nos la transmite a nosotros si se lo pedimos y queremos recibirla.

Una gota de agua constante puede horadar una roca; un beso continuado, ha desgastado el Pilar de Zaragoza y el talón del pie del Gran Poder. No hay nada que emocione más, que dos ancianos cogidos de la mano y que se miran sin decirse nada, porque ya se lo dijeron todo y se siguen amando…

Si conseguimos valorar la interioridad y esforzarnos por “hacer costumbre de practicarla,” posiblemente estemos poniendo nuestro granito de arena para salvar este mundo de “papel” que ahora vivimos.