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Hoy rezamos con un amanecer porque hoy empezamos el Tiempo de Adviento. Tiempo de Esperanza, de Alegría, de Llegada de la Luz, de Acogida del Gran Regalo que Dios nos hace... Podríamos decir que todos los días asistimos a los mismos acontecimientos, pero que éstos son siempre nuevos, sorprendentes, inéditos, pero, ningún regalo como el de abajarse, descender, hacerse pequeño, débil, desprovisto de todo, vulnerable...y todo por AMOR NUESTRO.
El amanecer de hoy es singularmente bello. La luz se abre paso e irrumpe, empujando con fuerzas las nubes negras amenazantes y los espacios grises, interponiendo entre ellos tonos de fuego y nubes rosadas que se apoyan sobre el plácido cielo azul. Parece decirnos a voces: “La noche está avanzada, el día se echa encima: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz (Rom. 13).
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