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Estamos celebrando la Solemnidad de la Inmaculada y, descubrimos, con sólo leer el Evangelio del día, que la primera palabra que María escucha de boca del ángel Gabriel es: ALÉGRATE. Sí, alégrate María, porque en ti se está cumpliendo la Promesa Mesiánica, porque el Señor te llama a una misión y te pide tu consentimiento, porque estás LLENA DE GRACIA por puro Don de Dios, porque ÉL te ha elegido para que seas su MADRE, porque tú, pequeña y humilde, tendrás dentro de ti AL HIJO DEL ALTÍSIMO, porque desde ahora TE LLAMARÁN BIENAVENTURADA TODAS LAS GENERACIONES, porque EL PODER DEL ALTÍSIMO TE CUBRIRÁ CON SU SOMBRA…
María, sumida en profunda contemplación y asombro contestó: “AQUÍ ESTÁ LA ESCLAVA DEL SEÑOR, HÁGASE EN MÍ, SEGÚN TU PALABRA”
Ésta es tu historia y ésta es la nuestra, la que esperamos alcanzar por pura gracia suya. Gracias, Madre, porque en ti vemos reflejada la obra que el PADRE quiere hacer con cada uno de nosotros.
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