Hoy conmemoramos a nuestros difuntos y, normalmente, le damos al día un tinte de tristeza, que no coincide con la Esperanza que los cristianos tenemos de que la muerte es el paso a la VIDA. Martín Descalzo escribía muy atinadamente: “Morir sólo es morir. Morir se acaba/ Morir es una hoguera fugitiva. / Es cruzar una puerta a la deriva/ y encontrar lo que tanto se buscaba”. Hoy contemplamos dos fotos. El año pasado, a nuestro jardinero se le pasó podar el jazmín, y este año estaba crecido, ampuloso, superflorido, pero, un viento fuerte de la primera tarde de otoño, lo derribó totalmente. Esto me hizo pensar: La poda duele, pero es imprescindible para poder crecer. En la segunda foto, vemos el jazmín, podado por el viento y entre sus troncos, aparentemente muertos, surgiendo la vida en esas ramitas verdes que, tímidamente se abren paso. |