|
Llevo en mi interior todo el dolor del mundo. Sé que no tengo capacidad para abarcarlo, pero no puedo, no quiero excluir a nadie. Mis posibilidades son escasas, pero tu poder es grande. Yo sé que mi actuar beneficia o perjudica al resto de mis hermanos, por eso Te pido: Señor, ensancha mis entrañas para que allí quepan todos los hombres, sobre todo los más excluidos, los que no se sienten amados, los que sufren injusticias, los más despreciados, los que no cuentan, los que ya no sirven, los que son tan pobres, tan pobres que sólo tienen dinero...
Así oraba yo mientras paseaba por la huerta, cuando me sorprendió contemplar mi sobra proyectada en el suelo. Si mi cuerpo ha menguado tanto, tantísimo, a causa del deterioro de los años en mi columna, ¿cómo estaba allí ella, esbelta y alargada; capaz de abarcarlos a todos? Por eso me decidí fotografiarla, porque en ella vi que sí cabían, porque me ibas a ayudar.
|